En la Caravana de los Festivales de Verano de Europa

La tradición europea del festival de verano es ya antigua y su fórmula es conocida: escenario en campo abierto, multitud acampada en tiendas de campaña y una banda famosa tocando con el volumen al máximo. Aunque existen festivales para todos los públicos, esparcidos por todo el continente. Para aquellos que no tienen perderse ni una pizca, un periplo musical es también una oportunidad para conocer Europa.
Sur

La península ibérica es uno de los lugares más agradables del continente para pasar vacaciones, y apreciar la época de los festivales de verano. Un viaje hasta la deslumbrante ciudad de Barcelona da acceso al Sónar Barcelona, un gran festival dedicado a varios géneros de música electrónica. Aquí también podremos asistir al famoso Primavera Sound, gran evento internacional de música alternativa, indie rock, hip-hop y otros géneros, que también tienen una edición en el país vecino, en la ciudad de Oporto

Portugal, a su vez, también tiene otras atracciones de pop-rock en el festival Alive de Lisboa a la orilla del río, de sonidos alternativos en el Primavera Sound y Paredes de Coura, en el norte del país. Pasando también por el Festival de Músicas del Mundo, con un escenario dentro de un castillo en la ciudad costera de Sines.

Centro y Este

En París, ciudad de cultura por excelencia, las multitudes acuden todos los veranos al Rock en Seine, que acoge en sus escenarios a artistas nacionales e internacionales y que destaca por realizarse en los encantadores jardines del Château de Saint-Cloud. En la capital francesa, la oferta es demasiado grande para describirla en este espacio, pero incluye el Festival Django Reinhardt y el Jazz à la Vilette para aficionados del jazz.


La capital del país vecino también se agita en esta época con el Maratón de Jazz de Bruselas, durante el mes de mayo, y el Botanique, espacio donde tiene lugar el festival de rock Les Nuits Botanique. Puede asimismo sobrevolar los Alpes, aterrizar en Ginebra y poner rumbo al Festival de Jazz de Montreux. Pero si decide volar más hacia el norte, aterrice en Ámsterdam y tome un tren hacia Róterdam, y deslúmbrese con grandes nombres del jazz en el prestigioso North Sea Jazz Festival.

En la histórica Berlín, podemos pasar por la experiencia inusitada de asistir a conciertos y espectáculos dentro de un antiguo hangar de aviones en el Aeropuerto de Tempelhof. El espacio alberga el Berlin Festival, más dedicado a la música electrónica de baile, muy apreciada por los alemanes, y el festival de rock Lolapalooza Berlin. Los amantes de la música un poco más pesada, pueden volar a Hamburgo, tomar un tren o alquilar un coche (y una tienda) y sentir las fuertes vibraciones del Wacken Open Air: el mayor festival de heavy metal del continente europeo, por el que pasan todas las principales estrellas del género.


Los amantes de orquestas y ópera tampoco pueden escapar a la fiebre del verano, y tienen por hábito dirigirse a Viena, capital histórica de la música clásica. El Festival de Viena tiene lugar en varias salas de la ciudad, normalmente entre mayo y junio. Saliendo de aquí, puede también desplazarse hasta el Festival de Salzburgo y asistir a una ópera en la ciudad que vio nacer a Mozart. O entonces continuar hacia Graz, donde tiene lugar el Steirischer Herbst Festival, un evento de artes visuales y escénicas que incluye música clásica, contemporánea y vanguardista. 
Si decide viajar hacia el este, debe hacer una parada en la pintoresca Bucarest para aprovechar el Festival George Enescu, uno de los mayores eventos de música clásica de la región.

Escandinavia

Puede parecer contrario a la intuición de viaje a los fiordos inmensos y calientes durante el verano, pero los escandidavos son conocidos por su intensa actividad musical. Cerca de Copenhague, en Dinamarca, podremos apreciar la variedad del Festival de Roskilde, otro punto de paso obligatorio para los grandes nombres de la música popular y de sus diversos géneros.

Más al norte, Oslo acoge el Oya Festival, el gran evento internacional de pop-rock en Noruega. Aquí también podremos admirar la aportación de los noruegos en los últimos años al jazz moderno: el Festival de Jazz de Oslo es un evento imprescindible.

También durante el mes de agosto, el Festival de Helsinki es otra razón más para visitar este fresco rincón del mundo. El programa de música, además de ser variado y de calidad, tiene varios eventos gratuitos  y abarca música clásica, experimental, músicas del mundo y algunas sorpresas de pop-rock o jazz.


Islas británicas

Pero el periplo por los festivales de verano no estaría completo sin un vuelo hasta Londres: al fin y al cabo, el Reino Unido y su industria musical tienen una antigua historia y una importancia innegable. En este país no falta variedad y cantidad, aunque podemos destacar el festival de Reading and Leeds (con escenarios en ambas ciudades, y más orientado hacia el rock alternativo y el punk) y el Download, evento dedicado al heavy metal. 

Los apreciadores de música clásica no pueden perderse los tradicionales Proms, que tienen lugar en el Royal Albert Hall, en Londres, durante todo el verano, y que culminan en una gran fiesta popular al son de una de las mejores orquestas mundiales.
Además de estos, disponemos también de los clásicos nacidos en las décadas de los 60 y los 70. El Festival de la Isla de Wight ha sido recientemente revivido. Y el famoso Festival de Glastonbury es considerado uno de los más importantes eventos musicales europeos, una especie de Woodstock británico donde las entradas (capacidad para más de 100 000 personas) se agotan en pocos minutos y donde actúan las mayores estrellas mundiales de pop, rock, hip-hop y otros géneros.

 

¡Que empiece la música!

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