Desde entonces, los vinos del Duero han adquirido prestigio internacional. Elaborados en condiciones climatológicas y geológicas especiales (a partir de variedades tintas como la mourisco tinto o la tinta amarela, y variedades blancas como la donzelinho branco), los vinos son envejecidos en roble y poseen aromas afrutados y ricos. Destaca la variedad de tintos Touriga Nacional, considerada la más importante de la región, y a partir de la cual se elaboran algunos de los vinos más prestigiosos del país.
Aquí se fabrica también el famoso Vino de Oporto, un vino licoroso y fuerte que desde hace siglos hace las delicias de los apreciadores de todo el mundo…
Viaje al sur de los viñedos
En las extensas y calientes planicies al sur del río Tajo, encontramos otra gran región vitivinícola de Portugal. Al aterrizar en el aeropuerto más próximo (Lisboa), contacte con un operador turístico que le ayude a planear una incursión por las principales fincas y bodegas, y a conocer los calurosos y pacíficos paisajes alentejanos.
El cultivo de la viña en el Alentejo se remonta a la antigüedad, pero hasta finales del siglo XX la historia de la región se vio afectada por sequías, dificultades climatológicas y pobreza. Actualmente, los apoyos estatales y el desarrollo de las técnicas de los productores locales han llevado a un aumento del estatus (y fama) del vino alentejano.
El calor, la exposición al sol y la sequedad del suelo llevan a la creación de tintos a partir de variedades como Trincadeira, Aragonez o Castelão, corpulentas y con sabores de frutos silvestres. Los blancos (variedades Roupeiro, Antão Vaz y Arinto, entre otras) son suaves, ligeramente ácidos y con aromas de frutas tropicales. La producción está concentrada en las ocho subregiones de la denominación de origen alentejana: Reguengos, Borba, Redondo, Vidigueira, Évora, Granja-Amareleja, Portalegre y Moura.
Antes de los Pirineos
Proceder al este de la península ibérica, antes de llegar a la pared Pirineos, nos encontramos con la región de La Rioja, al sur de Bilbao.
Los vinos de La Rioja se distinguen por su composición aromática y por su técnica de envejecimiento en barrica de roble, que puede durar varios años. Los vinos tintos son elaborados especialmente a partir de la variedad tempranillo, y tienen un paladar ligero e intensidad media. Los rosados (variedad garnacha) y los blancos (viura) son igualmente ligeros.