Belo Horizonte: Una Ciudad Más que Completa

Fundada en el siglo XIX, la antigua ciudad minera de Belo Horizonte es actualmente una zona metropolitana con 4 millones de habitantes, una de las más pobladas de Brasil. Centro cultural y económico, con bastantes espacios verdes, la capital de Minas Gerais ya fue considerada por la ONU como la ciudad con mejor calidad de vida de Latinoamérica. Recientemente se han descubierto nuevos motivos para atraer personas, y turistas.

Del Césped a la Mesa


En Brasil, el fervor por el fútbol alcanza límites casi religiosos y Belo Horizonte no es la excepción. El Estadio Independência y el estadio Governador Magalhães Pinto (o Mineirão, como es conocido popularmente) albergaron los campeonatos mundiales de 1950 y 2014. Estos eventos ayudaron a poner a la ciudad en el mapa, e hicieron que los turistas quisiesen conocer las atracciones locales, que incluyen, inevitablemente, la culinaria y la vida nocturna.

La cocina local incluye platos típicos mineros: frango ao molho pardo (pollo cocinado en sangre), tutu à mineira (un puré de judías) y feijão tropeiro (judías con harina de mandioca), así como postres generosos, como el dulce de leche y los brigadeiros de chocolate. Los restaurantes más concurridos se encuentran en el animado barrio de Santa Tereza, aunque también vale la pena visitar el Mercado Central de Belo Horizonte y conocer la diversidad de tipos de queso y cachaza existentes en Minas Gerais.



Noche y Cultura en el Horizonte

Llegada la hora de la digestión, nada como una caipiriña, una copa de cachaza y un poco de baile. Es más, un proverbio local explica bien lo que es vivir en Belo Horizonte: no tenemos mar, vamos al bar.  Mucha de la vida local gira en torno a una buena cena y a una salida de noche, ya que Belo Horizonte es la capital del «boteco».


Para descubrir este lado de la ciudad, diríjase a uno de los muchos bares y lugares de diversión nocturna de la zona de Savassi o cerca de la Avenida do Contorno. Los noctámbulos más empedernidos pueden también poner rumbo a las discotecas y bares del Mercado das Borboletas, otro punto de atracción en el que podrá bailar al ritmo de música electrónica o funk brasileño, o tal vez asistir a un concierto.

La escena musical de Belo Horizonte ha producido verdaderas joyas en las últimas décadas. En los años 60, Milton Nascimento, uno de los más importantes cantantes brasileños, empezó aquí su carrera. En los años 80 y 90, la ciudad se transformó en capital del heavy metal después del éxito internacional de una banda local, Sepultura. En Belo Horizonte también se toca música clásica: la Orquesta Filarmónica de Minas Gerais se presenta regularmente en su auditorio, la sala Minas Gerais

Confirmando la importancia de la cultura en la ciudad, tenemos también el centro cultural SESC Palladium y el Palacio de las Artes, que poseen una extensa programación de música, teatro y danza. En el centro encontramos también el Circuito Cultural Praça da Liberdade, antiguo barrio gubernamental que ahora alberga una extensa zona de museos en los que hoy en día encontramos instituciones como el Memorial Minas Gerais Vale (museo dedicado al arte, historia y cultura de Minas Gerais) y el Centro de Arte Popular Mineira. También en la praça da Liberdade, los amantes de la arquitectura pueden apreciar el Edificio Niemeyer, obra del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer.
Finalmente, hay que señalar la proliferación de festivales en Belo Horizonte: el Festival Internacional de Fotografía, el Festival Literario, el FestCurtas (festival de cine y cortometraje), el Elektronika (festival de música electrónica, nuevas artes y tecnología) o el Savassi Festival (jazz y música instrumental), entre otros.



Paseos por la Naturaleza

En Belo Horizonte, la modernidad coexiste con el mundo natural. El clima local es agradable durante todo el año e invita a los visitantes a disfrutar de las oportunidades para el ecoturismo y actividades al aire libre.
La ciudad está repleta de espacios verdes, como el Parque Municipal Américo Renné Giannetti. La zona de Pampulha merece también una visita. Además de un parque ecológico y atracciones como el Museo de Arte de Pampulha y la Iglesia de São Francisco (otra obra de Niemeyer) puede disfrutar de un fin de tarde relajante en la Laguna de Pampulha, un lago artificial construido en la década de los 40, acompañado de jardines diseñados por el arquitecto paisajista Burle Marx.
Finalmente, termine su visita a Belo horizonte en los alrededores, explorando las cascadas, grutas y paisajes verdes de la Sierra de Curral. Si tiene tiempo para un pequeño viaje en coche, podrá conocer el Inhotim, a 50 km al sudoeste. Se trata de un espacio verde sui generis, mezcla de parque y galería de arte, con 275 acres de palmeras y jardines, así como instalaciones y esculturas de artistas contemporáneos brasileños. Inhotim está considerado como el mayor centro expositivo al aire libre de toda Sudamérica.

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